Secciones
Referencias
Resumen
Servicios
Descargas
HTML
ePub
PDF
Buscar
Fuente


Habilidades sociales en niños de primaria
Social skills in primary school children
IE Revista de Investigación Educativa de la REDIECH, vol. 10, núm. 19, pp. 191-206, 2019
Red de Investigadores Educativos Chihuahua A. C.

Contenido


Recepción: 07 Junio 2019

Aprobación: 13 Septiembre 2019

DOI: https://doi.org/10.33010/ierierediech.v10i19.706

Resumen: Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que permiten al individuo expresar sentimientos, deseos y opiniones de acuerdo con la situación. Este artículo presenta un programa de habilidades sociales que se llevó a cabo en una primaria para ver su éxito en un grupo de niños y niñas en la edad de 9 y 10 años. Se analizaron variables que podían influir en la educación dirigida a las habilidades sociales por medio de instrumentos que ayudan a evaluar la conducta, la violencia y la autoestima, como la escala de comportamiento asertivo para niños (CABS), el cuestionario para la evaluación de la autoestima en la infancia (EDINA) y el cuestionario de violencia y acoso (la vida en la escuela). Los resultados indican que se logró un cambio estadísticamente significativo en la variable violencia, ya que se observó una disminución en las conductas agresivas de los niños después de aplicar el programa de habilidades sociales, utilizando la influencia de los valores, principalmente el respeto, para lograr que los pequeños no ejercieran violencia a sus compañeros, así como aplicar el trabajo en equipo y la no discriminación. Es importante señalar que la implementación de programas de habilidades sociales en niños ayuda a disminuir conductas agresivas y a desarrollar actitudes positivas a lo largo de su crecimiento en el ámbito educativo, familiar y social.

Palabras clave: conductas, habilidades sociales, instrumentos, programa, variables.

Abstract: Social skills are a set of behaviors that allow the individuals feelings, desires and opinions according to the situation. This article presents a social skills program that takes place in a primary school to see the success of this implementation in a group of children at the age of 9 to 10 years-old. The variables that can influence the education aimed at social skills were analyzed with measures that help to evaluate behavior, violence and self-esteem. The instruments used were the Children Assertive Behavior Scale (CABS), the Questionnaire for the Evaluation of Self-Esteem in Childhood (EDINA) and the Questionnaire on Violence and Harassment (life in school). The results indicate that a change was achieved in the “violence” variable, since a decrease in the aggressive behaviors of the children was observed, after implementing the social skills program, using the influence of the values, mainly respect, to make participants not performed violence to their partners, as well as applying teamwork and no discrimination. It is important to note that the implementation of social skills programs, in children, helps to reduce aggressive behaviors and develop positive attitudes, throughout their growth in the educational, family and social environment.

Keywords: behaviors, instruments, program, social skills, variables.

Introducción

Lo que ocurre durante los primeros años de vida de un ser humano es fundamental, tanto para su bienestar inmediato como para su futuro. De esta manera, si un niño o niña recibe una atención adecuada desde antes de ser concebido, durante su desarrollo intrauterino y en la primera infancia en aspectos tales como salud, nutrición, afecto y estimulación, entre otros, probablemente crecerá sano y tendrá un desarrollo armonioso. Los primeros años de vida constituyen la etapa más importante del ser humano, caracterizado por el rápido crecimiento físico, mental, social y emocional (Cerdas, 1995).

Es por esta razón que se requiere una atención especial por parte de los adultos que tienen a su cargo a esta población, entre ellos madres y padres de familia, docentes, cuidadores, entre otros, quienes deben esforzarse por brindarles seguridad, confianza y oportunidades para alcanzar su desarrollo.

Es importante mencionar que estos primeros años y posteriores son críticos para el desarrollo de la inteligencia, el lenguaje, el comportamiento social y la personalidad; de ahí que las experiencias que se le ofrezcan al infante deben procurar estimular todos estos aspectos para favorecer un desarrollo integral.

Según Egido (1999), tanto desde el ámbito de la fisiología como del de las ciencias de la salud, la sociología, la psicología y la educación, se pone de manifiesto la importancia de los primeros años de vida no solo para la formación de la inteligencia, sino para el adecuado desarrollo cognitivo, psicomotor y social de las personas. En este proceso influyen factores como el estado de salud y la nutrición, pero también la posibilidad de interactuar con el ambiente y con la riqueza y variedad de estímulos disponibles.

Algunas de las condiciones que se le deben brindar a los niños y niñas durante sus primeros años de vida tienen que ir encaminadas hacia: la protección contra el peligro físico; una nutrición y atención de la salud adecuadas; una vacunación apropiada; vínculos afectivos saludables; exploración de objetos que les permitan mirar, tocar, escuchar, oler y probar; motivación apropiada para la adquisición y desarrollo del lenguaje; apoyo para adquirir nuevas aptitudes motoras, lingüísticas y mentales; la posibilidad de ir obteniendo independencia; apoyo para aprender a controlar su conducta; ocasiones para comenzar a aprender a cuidarse por sí mismos y periodos diarios para jugar con diversos objetos, entre otros.

Según Caballo (2005), las habilidades sociales son un conjunto de conductas que permiten al individuo desarrollarse en un contexto individual o interpersonal expresando sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación.

Mediante distintos estudios que se han realizado, se señala que las habilidades sociales inciden en la autoestima, en la adopción de roles, en la autorregulación del comportamiento y fundamentos en humanidades, entre otros aspectos, tanto en la infancia como en la vida adulta. Esto es relevante, porque tiene gran influencia en distintos ámbitos, como lo es el escolar, el familiar y el social (Betina y Contini, 2011).

Las personas socialmente habilidosas se diferencian de las no habilidosas en dimensiones tanto conductuales como cognitivas y fisiológicas; lo motor, lo fisiológico y lo cognitivo conforman un sistema de relaciones interdependientes (Lang, 1968).

Las habilidades sociales no mejoran por la simple observación ni por la instrucción informal; se necesita una instrucción directa. Una adecuada competencia social en la edad escolar ha sido relacionada con un buen rendimiento académico, así como con una buena adaptación social. Son de importancia fundamental en el desarrollo integral de la persona, ya que, a través de ellas, el sujeto obtiene importantes refuerzos sociales del entorno más inmediato que favorecen su adaptación al mismo. Aprender y desarrollar estas habilidades resulta fundamental para conseguir óptimas relaciones con los otros. Las habilidades sociales deben ser esenciales en el ámbito escolar debido a que los centros escolares están adquiriendo paulatinamente una mayor responsabilidad a la hora de ayudar a su alumnado a enfrentarse a todo un conjunto de problemas sociales y personales (Monjas y González, 1998).

Método

Tipo de estudio

De acuerdo con la temporalidad, el estudio fue longitudinal (preprueba-posprueba) y de acuerdo con el alcance nuestro estudio fue evaluativo.

Diseño de investigación

Dos grupos, uno con intervención y otro como grupo control, llevado a cabo mediante una preprueba, una intervención y posprueba, para poder hacer un análisis de los resultados obtenidos mediante la intervención sin asignación al azar.

Participantes

La muestra incluyó 30 niños y niñas con una edad entre los 9-10 años del grupo intervención, mientras en el grupo control participaron 31 niños y niñas de una primaria pública. Los participantes y sus padres fueron informados de los objetivos del estudio y posteriormente firmaron el asentimiento y el consentimiento informado.

Instrumentos

A continuación, se hace una descripción de los instrumentos que utilizados para la intervención como forma de evaluación.

Escala de comportamiento asertivo para niños, CABS (Wood, Michelson y Flynn, 1978). Proporciona información sobre el comportamiento asertivo y no asertivo en niños, y permite conocer el estilo de relación (asertivo, pasivo y agresivo). La escala tiene 27 ítems y cada uno de ellos posee cinco posibles respuestas que se representan a través de un continuo, respuestas pasivas-asertivas-parcialmente agresivas-agresivas, de las cuales el niño escoge aquella que más identifique su comportamiento social habitual. Las categorías de los ítems cuentan con una diversidad de contenidos asertivos relacionados con comportamientos como hacer y recibir cumplidos, formular quejas, empatía, hacer peticiones, rechazo de peticiones, iniciar, mantener y finalizar conversaciones. La confiabilidad se calculó mediante el coeficiente alfa de Cronbach. Se obtuvo un valor de 0.88, lo cual indica que la escala se encuentra en un nivel bueno; por lo tanto, este instrumento es confiable.

Evaluación de la autoestima en la infancia, EDINA. Cuestionario para la evaluación de la autoestima en la infancia, EDINA (Mérida, Serrano y Tabernero, 2015), el cual está dirigido a los niños en edad escolar; este presenta las siguientes características.

El cuestionario consta de 21 ítems, cada uno de los cuales tiene 3 posibilidades de respuestas: sí (3), algunas veces (2), no (1). Asimismo, el encuestado solo puede marcar una alternativa con un aspa (X).

Estructura: las dimensiones e indicadores que evalúan la autoestima:

  1. a) Personal (2, 12, 17, 19, 21).

    b) Académica (3, 8, 11, 13, 18).

    c) Social (4, 9, 14).

    d) Corporal (1, 6, 16).

    e) Familiar (5, 7, 10, 15, 20).

La validación de contenido se ha llevado a cabo a través del acuerdo y consenso de nueve expertos mediante la técnica Delphi y la validez de comprensión determinada por la aplicación del cuestionario a una muestra de 241 escolares de entre tres y siete años de edad. Modificación por jueces expertos. Para el análisis de confiabilidad del cuestionario EDINA se ha calculado el alfa de Cronbach; la confiabilidad total del cuestionario es de 0.70, el cual es considerado confiable para esta temática.

La vida en la escuela(Lera y Olías, 2012). Es un cuestionario general sobre los problemas de convivencia. Explora el nivel de maltrato que el estudiante padece; continúa con el lugar donde tienen lugar las agresiones, para llegar a preguntar directamente si han agredido o han sido agredidos recientemente. Explora qué ocurre después, si lo comunican, a quién, y finalmente se les pregunta por el tiempo de recreo. Aquellos estudiantes que señalan que no les gusta, suelen indicar problemas de relaciones con los demás. Su validación fue mediante el alfa de Cronbach, en donde obtuvo la calificación de 0.85, lo cual es calificado como un instrumento confiable para la medición de sus variables.

Programa de intervención

La intervención se presentó en diez sesiones, una vez por semana, con una duración de 60 a 90 minutos. Las sesiones fueron dirigidas hacia alumnos de cuarto grado de primaria del turno matutino, que presentan problemas de conducta en la escuela. Los temas que se abordaron durante las sesiones fueron los siguientes:

  1. • ¿Qué son las habilidades sociales?

    • Tipos de habilidades sociales.

    • Asertividad.

    • Inteligencia emocional.

    • Escucha activa.

    • Negociación.

    • Comunicación.

    • Apariencia personal.

    • Autoestima.

Las técnicas que se utilizaron durante las sesiones fueron:

  1. • Debates.

    • Lluvia de ideas.

    • Sociodramas.

    • Teatro guiñol.

    • Juegos didácticos.

    Feedback.

    • Técnica del modelamiento.

Plan de análisis

Una vez obtenidos los resultados, los datos fueron capturados en el paquete estadístico de las ciencias sociales (SPSS) versión 21. Se describieron las variables sociodemográficas y se utilizó la prueba de ANOVA de medidas repetidas.

Resultados descriptivos

Los resultados de las variables sociodemográficas, como la edad, el sexo y el grupo al que pertenecen los participantes, se presentan en la tabla 1. Se puede observar su frecuencia, la desviación estándar y la media de acuerdo a cada variable.


Tabla 1. Variables sociodemográficas

El ANOVA de medidas repetidas indicó que se logró un cambio estadísticamente significativo en el factor VIO 3 del instrumento la vida en la escuela (violencia); en el resto de los factores no se observaron cambios estadísticamente significativos (tabla 2).


Tabla 2. Medias y desviaciones estándar para el grupo con intervención y grupo control en la preprueba y posprueba para la escala de comportamiento asertivo para niños (CABS), evaluación de la autoestima en la infancia EDINA y la vida en la escuela (violencia).

Discusión

El objetivo de la presente investigación fue evaluar el impacto de un programa de promoción de habilidades sociales en un grupo con intervención conformado por 30 participantes entre 9 y 10 años de edad, comparado con un grupo control conformado con 31 participantes.

Los resultados obtenidos muestran, con respecto a las variables de violencia y acoso, que hubo una mejora significativa en el factor VIO 3 del cuestionario la vida en la escuela, en donde abarca una disminución de la conducta agresiva en los niños pertenecientes al grupo intervención.

De acuerdo con diversos estudios realizados, se encontraron resultados similares:

Baker et al. (2012) encontraron cambios positivos en el comportamiento infantil, donde de la misma manera se observaron reducciones en los problemas de conductas agresivas y se logró un aumento de las habilidades para hacer amigos, mientras que, en nuestro estudio, en las conductas agresivas que existían entre todos los niños se logró una disminución de estas, y aunque existían diferencias aprendieron a respetarse. Mientras tanto, las habilidades para hacer amigos no fueron favorables. Podría ser porque en el grupo existía cierta diferencia entre niños y niñas y resultaba difícil que pudieran convivir todos sin alguna discriminación. Asimismo, el estudio realizado por Griffith et al. (2016) muestra que obtuvo resultados positivos; es decir, obtuvo una reducción en cuanto al control de impulsos y agresión hacia sus compañeros; menciona que de acuerdo con sus resultados sugiere que los programas de intervención que busquen mejorar las habilidades sociales de los niños en la escuela y con sus compañeros pueden beneficiarse de acuerdo a un enfoque en el desarrollo del lenguaje, pues resultan ser factores importantes en el desarrollo del infante; por lo tanto, a diferencia de nuestro estudio, el lenguaje no fue utilizado como una habilidad prioritaria, ya que a pesar de que es parte fundamental de la comunicación solo se utilizaron herramientas para socializar con otros sin tomar en cuenta el lenguaje que presentaban los participantes. Sin embargo, también se obtuvo un resultado similar a este.

En el campo preventivo, el entrenamiento de las habilidades sociales propiciaría un individuo preparado para la convivencia y, por consiguiente, competente para participar en actividades de grupo rebasando prejuicios sociales y valorando las diferencias de los que los rodean.

Mientras tanto, Katzmann et al. (2019), en su programa de tratamiento para niños con comportamiento agresivo, obtuvieron resultados sobresalientes en cuanto a la disminución de comportamiento en los niños de una manera similar a nuestro estudio. Cabe destacar que el programa realizado se llevó a cabo en distintas sesiones individuales; es decir, una sesión por niño, una vez a la semana, hasta llegar a 24 sesiones, mientras que en nuestro estudio las sesiones se realizaron una vez por semana cumpliendo un plazo de 10 sesiones con todo el grupo intervención. Por lo tanto, ambas son buenas estrategias, ya que los resultados obtenidos son similares; sin embargo, trabajar con todo el grupo resulta más favorable, ya que se requiere menor tiempo de intervención.

En comparación con la teoría de Bandura y de acuerdo con nuestros resultados, pudimos notar que se realizó una selección natural de actividades para que los niños aprendieran, esto haciendo énfasis en que Bandura utilizó un enfoque en las conductas, integrando la observación; por lo tanto, el resultado de su trabajo fue guiado hacia el modelado, lo cual en el programa utilizado en la presente investigación fue el que se tomó en cuenta, mencionando que nuestro modelado se dio a través de los juegos, trabajos en clase y tareas en casa sobre los temas aprendidos en las sesiones, esto para reforzar todos los conocimientos. Nuestros resultados demuestran que el modelado es funcional a la hora de trabajar con los niños, ya que es como si estuviéramos esculpiendo una escultura, ya que nosotros mismos, junto con el lienzo, podemos crear y lograr un objetivo, obteniendo un resultado que se asemeje a lo que deseamos.

Bandura sugiere, para reforzar el aprendizaje, utilizar los ejemplos, los cuales se generan a través de una idea; nos ayudan a entender, aclarar y explicar mejor un tema, por lo que consideramos que fue una herramienta fundamental en la presente intervención, ya que los niños sabían a lo que nos referíamos. Lo mejor era cuando ellos daban sus propios ejemplos y los aplicaban a su vida cotidiana; es ahí cuando se dan cuenta que generar nuevas ideas y unirlas con las anteriores ayuda a reforzar los conocimientos. Por lo tanto, el manejo de la información con ejemplos está muy ligado a cuando el niño tiene que aprender algo nuevo, mientras que el maestro, para facilitar el aprendizaje, proporciona ejemplos a los alumnos para que los apliquen, escribiendo una oración en la libreta o pasando al pizarrón.

La observación, en la base de nuestros resultados, aportó de forma audaz, ya que los niños se empezaban a dar cuenta de aspectos que ellos consideraran como acosos o violencia, recurrían a la maestra o a nosotras para ser un intermediario y evitar la violencia con una llamada de atención, un pequeño castigo o mencionándolo con todos los compañeros. De esta manera, cuando los niños observaban que podía haber alguna consecuencia si trataban a alguien mal, se comportaban mejor, guardaban silencio y respetaban a los demás.

La observación ayudó a que los niños aprendieran a resolver problemas, ya fuera en la hora del juego o cuando trabajaban en equipo. A pesar de que se les facilitaba una solución, ellos buscaban una mejora para que la situación mejorara. El medio que utilizaban fue la comunicación asertiva, guiando el trabajo por la estabilidad, involucrando a todos los participantes, dando un resultado creativo.

De acuerdo al modelado de Bandura y su experimento con un muñeco, lo que representaron es que un grupo realizara acciones contra el muñeco, mientras que del otro lado de la sala había participantes que lo observaban, pero posteriormente era turno del observador realizar alguna acción con el muñeco. Lamentablemente todos utilizaron la imitación; por tanto, con nuestro programa no se utilizaron este tipo de actividades, porque sabemos que algunas veces puede ser muy bueno, siempre y cuando la persona realice acciones positivas y no al contrario, generar un ambiente agresivo, por lo que en nuestras actividades se involucraron acciones que los niños pudieran realizar con el afán de que sean un ejemplo, exponiéndolos en situaciones integradas, como el hacer un sociodrama o inventar un cuento. Aquí los niños lo que intentaban era imitar al equipo que lo hacía bien, para que ellos lo hicieran aún mejor. Utilizar como ejemplo algo que ya se sabe es algo negativo para los niños; no se debe inducir a la violencia; entonces, si nosotras en el programa involucrábamos modelos en los que ellos debían agredir, no sería una forma funcional de obtener resultados beneficiosos.

Como herramienta colectiva e individual se hizo una actividad en la que los niños podían gritar por dos segundos, lo cual les ayuda a sacar emociones negativas y tóxicas, además de ejercicios de respiración en la que deben de inhalar, esperar cinco segundos y exhalar, esto para utilizar unos segundos de su tiempo y tranquilizarse sin la necesidad de agredir a alguien más. Aprender a controlar nuestro propio cuerpo y bajar la adrenalina es fundamental para tomar decisiones constructivas y eso sí es importante imitar. Los niños preferían más estar en armonía y aprender a convivir mejor con todos los compañeros a recibir algún castigo.

La utilización de frases como lo hiciste muy bien, lo lograste, felicidades, ayuda a que los niños se sientan motivados; saber que lo hacen bien mejora y sube su autoestima; se genera un ambiente con más confianza, siendo así que llegaban momentos en los que entre ellos mismos trataban de animarse. Un buen cumplido y una sonrisa definitivamente ayudaron a que los niños se sintieran menos estresados si es que no lograban terminar alguna actividad a la par con su compañero, por lo que se dio como resultado que luego ellos eran lo que nos decían alguna frase positiva.

Constantemente nos sentimos con la necesidad de recibir y dar afecto, por lo que es importante que los niños, desde casa, reciban muestras de amor, porque así ellos lo imitan en la escuela y con los amigos. Es más sano que un niño vea a su familia feliz a que tenga que presenciar escenas de violencia. Por eso, el modelado se practica desde el hogar. Los padres también deberían estar involucrados y saber que en el sistema de la observación no solo implica la acción, sino que más allá de eso existe la imitación, y al no haber un refuerzo ejemplar el niño acudirá a un error, sin poder encontrar una respuesta a sus conductas agresivas.

Como resultados de su estudio, Sánchez et al. (2017) obtuvieron que los niños que juegan aventuras mejoraron significativamente su conducta, en comparación con los niños que no participan del juego en la alfabetización social, la ansiedad social, victimización-intimidación y la satisfacción social. En comparación, existe una diferencia entre la utilización de un juego digital y el juego colaborativo. En este caso, el juego entre ellos mismos fue de gran influencia para la convivencia, ya que el contacto persona a persona ayuda a obtener un beneficio para aprender a trabajar en equipo, respetar y no intimidar al otro. Las técnicas más utilizadas para modificar las habilidades sociales fueron las conductuales, como: modelado o imitación, juego de roles o representaciones, acompañadas de técnicas cognitivas como la reestructuración cognitiva, el entrenamiento, en relajación y en resolución de problemas interpersonales. La aplicación de este tipo de programas en la etapa infantil implica un fortalecimiento de conductas para la interacción social.

En cuanto a las habilidades sociales aprendidas, se encontró que después de la implementación del programa, los niños y niñas habían desarrollado una mejor asertividad en sus relaciones, ya que al principio de las sesiones se notaban dispersos. A pesar de que los niños estaban sentados de forma mixta, no con todos lograban llevarse bien, así que posteriormente se notó una mejor relación entre compañeros ya sean niños con niños y niñas con niñas. La aceptación de alguien que no querían como compañero fue aumentando conforme comprendían la acción trabajo en equipo; había aumentado su autoestima, puesto que se sentían más seguros de sí mismos al dar su opinión respecto de los temas que se manejaron en las diferentes sesiones. Sus conductas positivas eran notorias al saber que debían tener un comportamiento adecuado frente a su profesora y a las expositoras del programa, por lo que al saludar emitían una sonrisa, siendo así que se dirigían con respeto y tenían mejor manejo de emociones, pues cuando llegaban a estar molestos o tristes no lo demostraban demasiado a los demás compañeros, simplemente trataban de aislarse un poco para no afectar a los otros con su cambio de humor repentino, mayor tolerancia a la frustración y menos discriminación hacia los otros. Cuando veían o sentían que no lograban hacer algo, hacían el intento por mejorar o hacerlo de nuevo y no quedarse atrás, porque sentían ese impulso de lograr el objetivo de las diferentes actividades que se les proponían. Por ello dejaban de lado la frustración y en vez de enojarse se distraían en otra cosa o ponían atención en cómo lo realizaba el compañero para imitar la acción, mejorarla y cumplirla. Aunado a esto, los niños trataban de discriminar menos a las niñas, ya que a la hora de juegos donde se necesitaba la fuerza, inteligencia y agilidad los niños creían que eran mejores que las niñas, pero hubo momentos en los que las niñas demostraban que tenían mejor capacidad para ponerse de acuerdo; en ciertos momentos llegaban a tener problemas para que todas se pusieran de acuerdo, pero finalmente, cuando una de las expositoras se acercaba para que establecieran acuerdos, era más fácil que tomaran una decisión. En tanto, los niños lograban realizar la actividad, pero no se coordinaban lo suficiente para obtener un resultado positivo. Había ocasiones en las que ganaban y menospreciaban el esfuerzo de las niñas, por lo que se les pedía que se dirigieran a ellas con respeto, pues tuvieron la capacidad de ganarles en otros juegos.

La aplicación de programas para el desarrollo de habilidades sociales requiere de igual manera el involucramiento de los padres, ya que a veces los alumnos no son del todo honestos y los padres son los principales recursos de realimentación para ellos. Por tal razón, es indispensable que tengan el conocimiento de lo que sus hijos aprenden, para que puedan ser comprendidos y apoyados y los resultados esperados sean mejores. Un niño habilidoso podrá asimilar más conocimientos en el aula, contribuirá a reducir problemas y se convertirá en una persona mejor preparada para la vida.

Conclusiones

A través de este trabajo se identificaron algunos factores que influyen en la forma de movernos en la sociedad, según sea la manera en que nos ven los demás o nosotros mismos queremos que nos vean. Por ello, es muy importante aprender desde muy pequeños cómo influye nuestra manera de comportarnos en esa sociedad y en la forma en que seremos acogidos en ella. Es la escuela, junto con la familia, la responsable de educar a un niño de forma integral, y ello implica enseñarle a moverse con éxito en esta sociedad en que deberá vivir. Por tanto, a la hora de educar a un niño no debemos olvidar estos pequeños pero grandes detalles que harán de su paso por la vida un exitoso paseo a través de esta sociedad en la que está inmerso.

Las habilidades sociales son de importancia fundamental en el desarrollo integral de la persona, ya que a través de ellas el sujeto obtiene importantes refuerzos sociales del entorno más inmediato que favorecen su adaptación al mismo. Al realizar su inclusión en el infante o el reforzamiento de estas hará que aprenda a tener un mejor desarrollo a la hora de tener contacto con más individuos, sea en la escuela, con su grupo de amigos, en el hogar con su familia y en su entorno, con los vecinos o personas que va conociendo a través del tiempo. Por lo tanto, estar inmersos en un contexto en el que las personas trabajan o estudian, debemos incluirnos en él; por eso es que en la sociedad está marcado que todos tenemos el derecho de tener acceso a la educación. Entonces, así es como a través de la creación de espacios, como lo son las escuelas, se estudia para obtener conocimientos de todo lo que nos rodea y para construir un mejor futuro para las diferentes generaciones que vienen atrás de nosotros. Pero como se sabe, a través de los padres y de los maestros es como se empieza a obtener información, y entonces los padres, por medio del lenguaje, nos enseñan a hablar, decir palabras cortas, aprender a pedir algo o decir lo que sentimos con gestos y palabras. Al continuar con el siguiente paso, que es ir a la escuela, el preescolar nos prepara para que sepamos escribir, leer y contar, cosas básicas y sencillas, además de que nos empiezan a reforzar para hacer amistades, convivir con otros y conocer la forma de ser de los demás. Posteriormente, al pasar a la primaria, a través de los años vamos aprendiendo algo nuevo y nos enfrentamos a nuevos retos.

Es importante mencionar que cuando nos encontramos en la primaria durante varios años de nuestra vida le estamos dedicando tiempo y esfuerzo a nuestra propia construcción como seres pensantes, además de que los conocimientos y la información se obtiene mejor, pues nuestro cerebro es nuevo y la forma de aprender nos ayuda a que la información no se elimine, ya sea con las tareas, los trabajos en clase y los exámenes, que son la fuente o el medio para saber si como alumnos realmente estoy aprendiendo.

En vista de ello, se decidió trabajar con esta población: niños de primaria de 9 y 10 años, ya que no son tan pequeños y ya ponen atención, no se distraen con tanta facilidad, están en un punto medio entre dejando la niñez y entrando a la pubertad; entonces es cuando se nota la importancia de por qué reforzar su habilidades, además de que no están completamente enterados de que tienen habilidades, pues no se enseña en la escuela como tal que es una habilidad social y para qué nos sirven.

En primer lugar, para darnos cuenta de qué es lo que los alumnos de nuestro grupo intervención y control sabían hacer ante ciertas situaciones y como es que se percibían, fue que se les aplicó un pretest, siendo los cuestionarios los que nos demostrarían al final al evaluar los resultados, el realce de las respuestas. Nos hizo ver que saben de las situaciones como lo son violencia, autoestima, empatía, pedir favores, entre otros, pero no saben reconocer o diferenciar una de otra o a veces simplemente por miedo o pena no se demuestran a sí mismos cómo son en realidad. A veces fingen ser y tener algo que no; por ejemplo, cuando se les preguntaba en un cuestionario, ¿le dices a alguien si te pegan o te dicen una grosería?, la mayoría respondió que no, que no le decían a nadie; por consiguiente, venía otra pregunta sobre por qué no lo hacían. Algunos mencionaban que por miedo a que la persona le hiciera algo nuevamente o que fuera lo contrario, que en el momento en el que se le acusara a él, esta persona reaccionara y acusara a otro compañero o se defendería diciendo que el otro empezó y entonces tuvo que defenderse, esto con tal de no decir la verdad y no obtener algún castigo. De acuerdo a esto, durante las sesiones de nuestro programa los objetivos eran diferentes, pero todos estaban dirigidos para que cada actividad se realizara con respeto y empatía. Cuando era la hora de los juegos, se les daban las indicaciones a los niños y posteriormente ellos hacían la actividad. En la mayoría de los juegos se les pedía que hicieran equipos; por lo tanto, debían aprender a respetar las ideas y las decisiones de cada uno para que su equipo funcionara mejor, además de que esto los ayudaba a reforzar su convivencia. En ciertas ocasiones se les pedía que trabajaran niñas con niños, porque los niños normalmente quieren juntarse con personas de su mismo sexo, ya que saben que pueden llevarse más los niños con los niños, mientras que las niñas son menos agresivas y sensibles, pero esto se hizo con la finalidad de que se conocieran mejor, la forma en la que trabajan y aprender a tener paciencia, pues las niñas son muy organizadas y por ello les gusta tener cuidado con los detalles de lo que hacían. De igual forma lo que se pudo notar es que casi la mayoría trabaja bien en equipo, pero cuando es la hora de pasar al frente, algunos les daba pena o se ponían nerviosos y fue el momento en el que un niño o niña trataba de ser líder y motivaba a sus compañeros para que no les diera pena, pero esto a veces es en resultado de que los niños no están acostumbrados a estar frente a situaciones en las que otras personas externas a su maestro estén observándolos. Pero conforme fueron pasando las semanas esto fue disminuyendo, ya que los niños nos tenían mayor confianza y les daba menos pena presentar algo. Por ejemplo, al momento de participar al principio del programa pocos eran los que participaban; aproximadamente después de tres semanas aumentó el número de niños que levantaban la mano, porque se sentían mejor al dar su idea o decir lo que piensan, pues se les pedía que respetaran lo que el otro decía, incluido que escucharan atentamente lo que tenían que decir y esperar su turno; esto nos ayudó para tener un mejor control del grupo.

Considerando los resultados obtenidos en la posprueba, la cual hace referencia a que si al niño le han hecho violencia o él es el quien ha ejercido violencia, se notó un cambio, ya que hubo una disminución en las respuestas negativas que hacen referencia a la presencia de violencia o agresividad entre los niños. Lo importante aquí es que en el momento en el que se empezó con el programa, se pudo notar que tanto niñas como niños no se llevan, a causa de que no tienen ese fomento de convivencia saludable, puesto que a pesar de la educación que reciben en la escuela y en casa, algunos niños son machistas y agresivos. Cabe mencionar que no son agresiones que se puedan ver solo en su salón, sino que también a la hora del receso o cuando salen de la escuela. Pero es cierto que se ve marcada la parte de la discriminación entre hombres y mujeres, ya que en algunos momentos mencionaban algunos que un compañero no lo querían en su equipo o alguna compañera, ya que no les gustaba la forma de ser. Aunado a esto, con relación a una mala apariencia, también llegaban a despreciar a alguien. De cierta forma, es incómodo para los niños que alguien sea demasiado inquieto o desastroso; pero en caso contrario, cuando es un alumno que no se porta del todo mal y en un momento determinado hace alguna travesura, no permite que se le diga nada; esto es una muestra de que no se nos ha enseñado a reconocer nuestros errores y mucho menos a no juzgar a las otras personas por su apariencia física o su conducta.

Cabe mencionar que la educación que los niños reciben desde casa es de vital importancia, puesto que los niños imitan lo que ven, y si en el hogar hay violencia, de papá a mamá, o viceversa; de igual forma que los padres le peguen o insulten al niño, él lo va a replicar, va a buscar desquitarse o ejercer esa misma violencia con alguien más, aunque no le hayan hecho nada; esto es una forma de desatar las emociones. Entonces, la víctima pasa a ser un abusador. Por esta razón, se debe realizar diariamente el fomento a la convivencia saludable, pues esto ayuda a reforzar un ambiente armonioso en el que las personas tengan la empatía necesaria para que los infantes convivan con valores, respetando las ideas, decisiones y creencias de cada niño.

El estudio de las habilidades sociales ha experimentado un notable auge en los últimos años. La experiencia personal cotidiana nos indica que pasamos un alto porcentaje de nuestro tiempo en alguna forma de interacción social, ya sea didáctica o en grupo, y tenemos experiencia de que las relaciones sociales positivas son una de las mayores fuentes de autoestima y bienestar personal. Al mismo tiempo, comprobamos que la competencia social de un sujeto tiene una contribución importante a su competencia personal, ya que hoy en día el éxito personal y social parecen estar más relacionados con la sociabilidad y las habilidades interpersonales del sujeto que con sus habilidades cognitivas e intelectuales.

Las habilidades sociales están totalmente congeniadas con la parte personal, porque podemos decir que somos hábiles para algún deporte o disciplina que nos guste realizar, como la danza, la música, tocar algún instrumento, ser bueno para trabajar en equipo, entre otros; por lo tanto, genera una mejora en el individuo, ya que se expone a múltiples cambios, ya sean problemáticas, errores, pero también mejoras y logros que van convirtiendo a la persona en un ser social, incluyendo la gama de la convivencia con las personas que lo rodean. Entonces es cuando se empiezan a generar las habilidades sociales, las cuales ayudan a que el individuo genere pautas para socializar, ya sea un saludo, un gesto amable, cortesía o dirigirse con respeto, pues hoy en día se va perdiendo la parte de los valores y la empatía; ya no se nota del todo que desde pequeños aprendamos a ser generosos con la persona que tengo a lado; no estamos decididos a darle la mano a mi compañero para apoyarlo si es que se cae y ya no tiene fuerzas para levantarse, porque se van perdiendo los valores. La educación en la escuela está basada en competencias, pero no difunden la competencia armoniosa. Hace falta más inclusión. Es bueno que los niños busquen ser mejores cada día, pasar las pruebas necesarias y conseguir sus objetivos, pero ahora están enfocados en sobrepasar al otro sin importar el costo.

La utilización de escalas, cuestionarios e inventarios puede ayudar tanto a la investigación como a la práctica y permite evaluar a una gran cantidad de sujetos en un tiempo relativamente breve. Por ello, los cuestionarios que se utilizaron en la presente investigación permitieron acceder a información sobre los pequeños, cubriendo el objetivo principal que era obtener datos de qué tanto sabían los niños sobre las habilidades sociales para que nuestro programa tuviera mayor razón para ser impulsado y aplicado en cada sesión. Posteriormente, cuando se aplicaron los cuestionarios, al final de la intervención el objetivo fue comparar los resultados del pretest con el post. Para verificar los resultados se utilizó una herramienta digital, siendo esta de vital importancia para ver las mejoras de un resultado a otro.

Consideramos que utilizar varios cuestionarios con muchas preguntas a veces es una limitante, ya que no facilita que el niño responda adecuadamente, pues a pesar de que no es un examen, se sienten presionados por dar una respuesta; por ello, se sugiere que para futuras implementaciones de programas se utilicen cuestionarios o test con pocas preguntas, pues los niños aún no tienen la total capacidad de leer preguntas amplias y dar respuestas concretas, pues no llegan a saber el significado de alguna palabra y por miedo o pena a preguntar se quedan con la duda y prefieren responden al azar, además de que es aburrido y cansado para su corta edad.

Los objetivos fueron cumplidos, ya que el principal hace mención a la evaluación del programa de habilidades sociales; por lo tanto, al llevarlo a cabo con el grupo intervención ayudó a darnos cuenta qué tan funcional es el programa, por lo que nos dimos cuenta que es funcional, pero al tener ciertas limitantes en la intervención, el programa no fue completamente funcional. Dentro de los demás objetivos establecidos se realizó una modificación al programa realizando actividades lúdicas, para que la intervención fuera más dinámica y no se volviera aburrida.

El programa de educación para la salud influyó en las habilidades sociales, obteniendo como resultado la mejora de uno de los factores a estudiar, pero dentro de ello también hubo limitantes que no ayudaron a que el programa fuera eficaz, y para ello se mencionan a continuación algunas sugerencias de mejora.

Se tiene considerado que para que los resultados fueran mejores se tuvo que utilizar distintas estrategias para una mejor comprensión de los temas. En cuanto a las actividades que requerían una melodía, se recomienda que la bocina sea de buena capacidad y la música sea apta para la edad de los niños, además de aplicar distintas técnicas de aprendizaje que a los niños los motiven a querer aprender. Otra cuestión por la cual solo se obtuvo beneficio, un factor pudo haber sido el horario establecido, pues la mayoría de ocasiones las sesiones fueron impartidas al término del receso, por lo cual los niños entraban inquietos, y para que prestaran atención tardaban un tiempo, además de que sabían que faltaba poco para la hora de salida y comenzaban a inquietarse aún más. Es recomendable que las sesiones sean aplicadas al inicio de clases, ya que los niños muestran mayor interés. Se considera importante reforzar lo que se aprendió con pequeñas tareas en casa, puesto que les ayuda a recordar lo que aprenden, así como al inicio de cada sesión recordar lo visto en la clase anterior realizando preguntas y dando ejemplos que se complementen para el tema de la sesión pasada con la siguiente sesión.

Al aplicar el pre y el postest es necesario que los niños no tengan distracciones y que sea en un horario en el que recientemente hayan entrado a su clase, antes de salir a desayunar o del receso, puesto que si se hace después de estos horarios los niños se encuentran más dispersos. Por esta razón es mejor, ya que contestan con mejor precisión, además de que son sinceros con sus respuestas.

Otro factor que se toma en cuenta para que los resultados no fueran lo suficiente aceptables es el hecho de que cuando se iba a tener una sesión, los niños no tenían clases; entonces olvidaban lo que se vio en la sesión anterior. Junto con esto, pasó que los niños que se encontraban presentes en la primera sesión, no fueron los 30 sujetos, sino que hubo menos, por lo que fue factor para retrasar el proceso de la aplicación de los instrumentos, siendo que a los que faltaron se les realizó en la siguiente sesión. Así había constantes cambios en las diferentes sesiones, pues a veces iban 25 niños o menos y no todos veían los mismos temas; por ello, se denota que cuando se elige a cierta cantidad de sujetos para participar en un programa, deben asistir todos y estar presentes en todas las sesiones, para que aprendan lo suficiente y obtengan conocimientos nuevos, para reforzarlos con los previos. Algunos días unos niños y niñas eran solicitados para ir a ensayar con la banda de guerra porque son integrantes de ella; entonces esto hacía que fuera interrumpida la sesión y que los niños que se iban no aprendieran lo mismo que los demás.

Referencias

Baker, H., Scott, S., Jones, K. y Walker, S. (2012). Reducing child conduct problems and promoting social skills in a middle-income country: Cluster randomized controlled trial. The British Journal of Psychiatry, (CCI), 101-108.

Betina, A. y Contini, N. (2011). Las habilidades sociales en niños y adolescentes. Su importancia en la prevención de trastornos psicopatológicos. Fundamentos en humanidades, XI(XXIII), 159-182.

Caballo, V. (2005). Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales. Siglo XXI, 1-405.

Cerdas, A.I. (1995). Intervención pedagógica con niños y niñas menores de tres años: experiencia en la casa infantil universitaria. Revista Electrónica Actualidades Investigativas en Educación, 5(I), 1-16.

Egido, I. (1999). La educación inicial en el ámbito internacional: situación y perspectivas en Iberoamérica y en Europa. Revista Iberoamericana de Educación, (XXII), 119-154.

Griffith, S., Arnold, D., Voegler-Lee, M. y Kupersmidt, J. (2016). Individual characteristics, family factors, and classroom experiences as predictors of low-income kindergarteners’ social skills. Journal of Educational and Developmental Psychology, VI(I), 59-76.

Katzmann, J., Goertz-Dorten, A., Hautmann, C. y Doepfner, M. (2019). Social skills training and play group intervention for children with oppositional-defiant disorder/conduct disorder: Mediating mechanisms in a head-to-head comparison. Psychotherapy Research, 29(6), 784-798.

Lang, P.J. (1968). Fear reduction and fear behavior: Problems in treating a construct. Research in Psychotherapy, III, 90-103.

Lera, J.M. y Olías, F. (2012). Instrumentos para el análisis del aula. Recuperado de http://www.psicoeducacion.eu/files/bullying/Instrumentos_bullying.pdf

Mérida, R., Serrano, A. y Tabernero, C. (2015). Diseño y validación de un cuestionario para la evaluación de la autoestima en la infancia. Revista de Investigación Educativa, 33(1), 149-162.

Monjas, M. y González, B. (1998). Las habilidades sociales en el currículo. Centro de Investigación y Documentación Educativa-CIDE. Recuperado de http://www.mec.es/cide/publicaciones/textos/col146/col146.htm

Sánchez, R., Brown, E., Kocher, K. y DeRosier, M. (2017). Improving children’s mental health with a di social skills development game: A randomized controlled efficacy trial of adventures aboard the S.S. GRIN, Research, Development, and Clinical Applications, VI(I), 1-9.

Wood, R., Michelson, L. y Flynn, J. (1978). Assessment of assertive behavior in elementary school children. Chicago: Annual Meeting of the Association for Advancement of Behavior Therapy.

Notas de autor

* Daniela Almaraz Fermoso. Universidad Autónoma del Estado de México. Licenciada en Educación para la Salud por el Centro Universitario UAEM Nezahualcóyotl. Realizó servicio social en el Hospital General Dr. Gustavo Baz Prada en el Departamento de Enseñanza y Prácticas Institucionales, en Penitenciaría Modelo Dr. Guillermo Colín Sánchez en el Departamento de Psicología del área de Reinserción Social a Personas Privadas de su Libertad. Ha participado como ponente en la V Jornada de los Derechos Humanos y en el XXI Coloquio Estudiantil con el tema habilidades sociales en niños de primaria.
** Gabriela Coeto Cruzes. Universidad Autónoma del Estado de México. Licenciada en Educación para la Salud. Realizó su servicio social en la Universidad Autónoma del Estado de México, Centro Universitario UAEM Nezahualcóyotl en el área de Difusión Cultural. Sus prácticas institucionales fueron en la Penitenciaria Modelo Dr. Guillermo Colín Sánchez en el Departamento de Psicología del área de Reinserción Social a Personas Privadas de su Libertad, así como en la Fundación Luz para Oaxaca AC. Participó como ponente en el XXI Coloquio Estudiantil en la Universidad Autónoma del Estado de México, Centro Universitario UAEM Nezahualcóyotl, con el tema habilidades sociales en niños de primaria.
*** Esteban Jaime Camacho Ruiz. Profesor-investigador de tiempo completo en el Centro Universitario UAEM Nezahualcóyotl, Universidad Autónoma del Estado de México. Es líder del Cuerpo Académico Consolidado Biopsicología, Salud y Sociedad. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y ha participado como autor y coautor de 30 artículos publicados en revistas indizadas nacionales e internacionales, 19 capítulos de libro, 17 trabajos en memorias en extenso y 123 ponencias para congresos nacionales e internacionales.


Buscar:
Ir a la Página
IR
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS4R por