El contexto familiar y su vinculación con el rendimiento académico

The family context and its relationship with academic performance

Guadalupe Iván Martínez Chairez *
Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón, Saucillo, Chihuahua, México
Melissa Jaziry Torres Díaz **
Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón, Saucillo, Chihuahua, México
Vera Lucía Ríos Cepeda ***
Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón, Saucillo, Chihuahua, México

El contexto familiar y su vinculación con el rendimiento académico

IE Revista de Investigación Educativa de la REDIECH, vol. 11, pp. 1-17, 2020

Red de Investigadores Educativos Chihuahua A. C.

Recepción: 08 Abril 2019

Aprobación: 18 Diciembre 2019

Publicación: 11 Febrero 2020

Resumen: El propósito principal del presente estudio fue conocer la relación que tiene el contexto familiar con el desempeño académico de los alumnos, por lo cual se optó trabajar a través de un paradigma pospositivista, un enfoque cuantitativo con un diseño no experimental transeccional. A la información recabada se aplicaron estadísticos descriptivos e inferenciales que arrojaron los siguientes resultados: no existe asociación entre la variable nivel socioeconómico de la familia con el desempeño académico de los alumnos; el clima familiar y el estilo de crianza de los padres se asocian con el desempeño académico de sus hijos; también se encontró una correlación de .335 entre el apoyo escolar que brindan los padres de familia a los hijos con su desempeño académico, en lo referente al contexto familiar de los alumnos y su desempeño académico se obtuvo una correlación de .339. Se concluye que es indispensable implementar acciones en el Programa Escolar de Mejora Continua que atiendan a las problemáticas que se desprenden del clima familiar, además de establecer una comunicación eficaz con los padres de familia para que se logre una concientización y compromiso en la formación, crianza y educación de sus hijos.

Palabras clave: familia, contexto familiar, estilo de crianza, desempeño académico.

Abstract: The main purpose of the present study was to know the relationship that the family context has with the academic performance of the students, so it was decided to work through a post-positivist paradigm, a quantitative approach with a non-experimental transectional design. On the information collected, descriptive and inferential statistics were applied that showed the following results: There is no association between the socioeconomic level of the family variable with the academic performance of the students; family climate and parenting style are associated with the academic performance of their children; a correlation of .335 was also found among the school support provided by parents to children with their academic performance, in relation to the family context of the students and their academic performance, a correlation of .339 was obtained. The conclusion is that it is essential to implement actions on the Continuous Improvement Scholar Program that address the problems that arise from the family climate, in addition to establishing effective communication with parents to achieve awareness and commitment in training, parenting and education of their children.

Keywords: family, family context, parenting style, academic performance.

Introducción

La familia es el primer pilar de formación de las personas, por lo cual es considerada como la principal institución y base de las sociedades humanas; este núcleo social tiene el objetivo primario de guiar a sus integrantes para enfrentarse al entorno en el que se desenvolverán, cada uno posee sus propias características, por ende, se ve inmersa dentro de distintos factores que pueden beneficiar o afectar el desarrollo de estas. De ahí la gran importancia de que los infantes se desenvuelvan en contextos familiares agradables para un óptimo desarrollo, porque es aquí donde se adquieren las primeras pautas de comportamiento, valores, ideales, y se forman características propias influidas en mayor parte de este entorno. El otro contexto cercano en el que se desarrolla el niño es la escuela; algunos autores aluden que uno influye en el otro y viceversa. Por tanto, se procura mantener un trabajo en conjunto con el fin de lograr un mayor éxito en el progreso del alumno.

Debido a la influencia que ejercen estos contextos en el desarrollo del infante, se pretende conocer cuál y cuánta es la relación que existe entre el núcleo familiar y el rendimiento académico del alumno, por lo tanto, esta investigación se guió a través de la siguiente interrogante: ¿Qué relación tiene el contexto familiar con el desempeño académico de los alumnos? Es importante dar respuesta a esta pregunta, porque en la actualidad la responsabilidad del desempeño del estudiante se lo adjudican a las cuestiones que oferta la institución educativa, los métodos de enseñanza de los profesores, los contenidos, materiales y formas de evaluar, sin embargo es necesario retomar aquellos rubros extraescolares que van más encaminados a la parte social de la vida de cada persona, en este caso el contexto familiar.

Con relación al tema del estudio, es imperante analizar que el concepto de familia ha estado presente a lo largo de la historia, en cada época se muestra con un patrón diferente y características únicas, lo que da como resultado una gran evolución de este término. Este significado se remonta hasta el origen del hombre, porque se organizaba en comunidades primitivas, en esa etapa no sólo se fomentaba la supervivencia de sus miembros, también implícitamente realizaban actividades en colectividad, por lo que desarrolló diferentes formas de organización social. Ejemplo de ello, Hoffman, Paris y Hall (1995) aluden a cinco funciones que son vitales para la vida en sociedad: la primera función es la reproducción, con el objetivo de que la especie humana no se extinga; en seguida se encuentran los servicios económicos, en la cual es de suma importancia producir y distribuir alimentos; otra es el orden social, aquí se deben de crear procedimientos para reducir los conflictos y mantener una conducta pacífica; otra más es el apoyo emocional, la cual antes no era tan aludida, pero actualmente es una de las primordiales, por lo que es necesario fomentar sentido de propósito a cada persona; por último está la socialización, en la que los adultos deben transmitir conocimientos y ejemplos a los más jóvenes para que sean miembros de una sociedad competente.

La familia es una institución que en la actualidad es de suma relevancia, ya que en ella las personas se relacionan entre sí, de acuerdo con determinadas reglas de organización, permitiendo a los individuos establecer los vínculos adecuados para tener una comunicación eficaz entre grupos, así como una integración a la sociedad. Rodrigo y Palacios (1998, citados por Martínez, 2012) definen a la familia como “un agrupamiento nuclear compuesto por un hombre y una mujer unidos en matrimonio, más los hijos de éstos” (p. 45), mientras que la propia autora difiere en la visión realizada por los dos escritores pues toman como modelo a la familia nuclear tradicional, por lo que desconsideran la creciente diversidad familiar, las nuevas estructuras y sus funcionamientos. En soporte a la visión de Martínez se encuentra la concepción de la Asociación Latinoamericana de Profesores de Medicina Familiar (2005), que afirma:

La familia es un grupo social, organizado como un sistema abierto, constituido por un número variable de miembros, que en la mayoría de los casos conviven en un mismo lugar, vinculados por lazos ya sean consanguíneos, legales y/o de afinidad. Es responsable de guiar y proteger a sus miembros, su estructura es diversa y depende del contexto en el que se ubique [p. 3].

Gutiérrez, Díaz y Román (2016) hacen una comparación de este concepto: desde la perspectiva demográfica las familias constituyen ámbitos de relaciones sociales de naturaleza íntima, en los hogares conviven e interactúan con los otros miembros, además construyen fuertes lazos de solidaridad, se reúnen y distribuyen los recursos para satisfacer las necesidades básicas. De acuerdo con una mirada antropológica, “la familia es el determinante primario del destino de una persona. Proporciona el tono psicológico, el primer entorno cultural; es el criterio primario para establecer la posición social de una persona joven” (Gutiérrez, Díaz y Román, 2016, p. 6). Es así como hacen saber que este núcleo es la base de la sociedad humana, en la cual da sentido a sus integrantes e influye en gran porcentaje en la calidad de vida de las personas, ya que en el hogar se da la primera formación y los prepara para la vida futura. Al analizarla desde el ámbito sociológico, “la familia ha sido considerada como la principal institución y la base de las sociedades humanas” (Gutiérrez, Díaz y Román, 2016, p. 6), por lo que engloba la virtud de cuidar a sus miembros, ya sean de lazos de parentesco, consanguíneos o afines, además tiene el objetivo primario de guiar a sus integrantes para enfrentarse al entorno en el cual se desenvolverán, social, cultural, político, económico, entre otros.

En cambio, Ruiz (2001) analizó cómo los hábitos educativos de la familia tienen influencia significativa en el origen de los problemas escolares de los hijos. Por tal motivo define al clima familiar “como rasgos, actitudes y comportamientos de los miembros del grupo familiar, principalmente los padres, resulta ser un subsistema muy importante por su relación con el trabajo escolar del alumno” (p. 13). Este concepto toma en cuenta una serie de aspectos importantes que hacen que la familia se comunique y conviva de una forma única, que se trasmite de un integrante a otro, por lo tanto el ambiente afectivo creado en el hogar es un elemento esencial de la motivación del estudiante para que obtenga mejores resultados académicos. Para que sea positivo se debe de poner en práctica la comprensión, el respeto, afecto y estímulo. El alumno que crece en un ambiente así se siente integrado y adaptado en el hogar. En abono a ello, Quintín (1988, citado por Ruiz, 2001) señala que

Los alumnos con éxito escolar disponen de un clima familiar que ayuda y fomenta la actividad exploratoria, que orienta hacia la tarea, que estimula la evaluación de las consecuencias del comportamiento propio, que estimula la verificación y comprobación de sus acciones, que da con frecuencia feed-back positivos, ofrece índices e informaciones específicos y pertinentes, y plantea más preguntas y cuestiones [p. 13].

Por ende, los alumnos que se desarrollan en un clima familiar favorable tienden a lograr más fácilmente éxito escolar, ya que tienen ventajas, por ejemplo, que se les ayude en la realización de las tareas escolares, se está al pendiente de su comportamiento y se les orienta en sus acciones. Lo contrario sucede en un ambiente desfavorable, debido a que impide a los alumnos sentirse seguros, tranquilos, y les retiene la concentración.

Los padres de familia son modelos del desarrollo del infante debido a que ayudan en su crecimiento y formación y ayudan a la socialización de este, por lo cual el niño crea su propia formación, con características específicas, pero cabe señalar que la dinámica familiar que se da dentro de un núcleo familiar a otro varía, ya que cada padre tiene su forma de tratar y educar a sus hijos. Es así como una de las dimensiones del clima familiar es el estilo educativo de los padres.

En cuanto a las formas de educar, Berk (1999) establece dos ámbitos. El primero es la exigencia en la cual los padres de familia establecen normas elevadas para los hijos e insisten en que se cumplan, pero también hay otros progenitores que no intentan influir en la conducta de los niños. El segundo es el receptivo, en el cual los padres son más abiertos al diálogo y con frecuencia participan en las discusiones abiertas. Esta clasificación da paso a varias combinaciones de exigencia y receptividad. En la tabla 1 se categorizan los diferentes estilos de educación (Hoffman, Paris y Hall, 1995).

Tabla 1. Clasificación bidimensional de estilos parentales.
ReceptivoNo receptivo
Exigente ControladorPadres democráticos Estilo de disciplina: básicamente inductiva, algún uso de la fuerza. Padres autoritarios. Estilo de disciplina: básicamente el poder de la fuerza.
No exigentes Poco controlPadres permisivos Estilo disciplinario: inductivo.Padres que rechazan y son negligentes. Estilo de disciplina: poder de la fuerza.
Fuente: Hoffman, Paris y Hall, 1995, p. 216.

Con respecto a los padres democráticos, Berk (1999) menciona que estos establecen límites e insisten en la obediencia, pero al mismo tiempo expresan su cariño y afecto, por lo que reconocen y respetan los derechos de los hijos, saben escucharlos y fomentan la participación de ellos en la familia. En la misma sintonía, Hoffman, Paris y Hall (1995) hacen la siguiente aportación sobre este estilo educativo:

Los padres democráticos son receptivos y exigentes. Creen que es necesario el control, pero utilizan la razón y el poder de la fuerza para conseguirlo. Cuando dirigen las actividades de sus hijos, los padres democráticos emplean métodos racionales y orientados a un tema y exhortan a un intercambio verbal que los padres autoritarios no tolerarían [p. 216].

Los padres democráticos emplean el uso del control, pero a la vez actúan con paciencia y racionalmente. Por tanto, este estilo educativo no responde con severidad, pero saben tratar a los hijos con buenas tácticas, emplean el diálogo y la comunicación como un aspecto importante para llegar a acuerdos, lo que hace que los niños actúen de forma obediente y cooperativa. En cambio, los padres autoritarios no son receptivos y son exigentes. Hoffman, Paris y Hall (1995) señalan que la base de este estilo educativo es la obediencia. El niño no puede expresar su punto de vista hacia los padres sobre cuál es la conducta adecuada, porque al contradecir son castigados e incluso se llega a utilizar el poder de la fuerza. Los progenitores esperan que el niño no cuestione su palabra o si su forma de actuar es la correcta. Por ende, los infantes aprenden que los padres son la única autoridad, respetan su labor y procuran mantener siempre el orden y la obediencia.

Por ende, los padres autoritarios no tienen una buena relación o comunicación entre padre-hijo, por lo que consideran la palabra del adulto como la única correcta; el resultado de esto es que los niños evitan comunicarse, suprimen sus expresiones y les es más difícil lograr independencia. Finalmente, Ruiz (2001) indica que los padres demasiado exigentes y severos, con su forma de educar proyectan en el hijo sentimientos de impotencia y frustración debido a que los padres siempre esperan resultados excelentes de ellos, regularmente comparan entre los hermanos, especialmente con los que sacan buenas notas. Esto ocasiona que, lejos de beneficiarle, aceleran el fracaso escolar del niño.

A la inversa del estilo de educación anterior se encuentran los padres permisivos, los cuales no son exigentes y ejercen poco control; Montero y Jiménez (2009) refieren que estos padres cuidan con afecto y evitan imponer control, así mismo permiten a los hijos tomar muchas decisiones, incluso desde una edad en la que aún no son capaces de hacerlo; tratan de consentirlos demasiado, “pueden comer e ir a la cama cuando les apetece, y ver tanta televisión como quieran. No tienen que aprender buena educación o hacer ninguna tarea doméstica” (Berk, 1999, p. 740). Como resultado de ello se obtiene que los niños se vuelvan muy inmaduros, poco independientes, desobedientes y rebeldes en el momento en que se les pide hacer algo. Hoffman, Paris y Hall (1995) señalan que los padres permisivos no usan el control físico, solo confían en la razón del niño, piden poco a los hijos en cuanto a conducta y responsabilidades en el hogar; no son correctivos, aceptan todas las cosas y son afirmativos; consultan con el infante cómo se han de hacer las cosas, por lo que este regula sus propias actividades y no es forzado a obedecer.

El último estilo educativo es la educación de no implicación, son los padres que rechazan y son negligentes. Esta es una paternidad no exigente, combinada con una conducta indiferente o de rechazo; muestran poco compromiso con el cuidado del infante, solo hacen un pequeño esfuerzo por brindarle alimentación y vestido, tienen poco tiempo y energía para compartir con los hijos. Por la gran falta de compromiso por parte de los padres, los niños no tienen un buen desarrollo infantil. “En el extremo, la paternidad de no implicación es una forma de maltrato infantil llamada negligencia. Especialmente cuando comienza pronto, interrumpe casi todos los aspectos del desarrollo” (Berk, 1999, p. 741). Por su parte, Hoffman, Paris y Hall (1995) indican acerca de este tipo de padres que sus hijos parecen serles indiferentes y realizan el menor esfuerzo posible por ellos; no prestan atención a ningún aspecto educativo de los hijos, incluso cuando la institución presenta quejas sobre el mal comportamiento del alumno, por consiguiente, los niños tienden a la agresión, a no hacer los deberes escolares, y se vuelven problemáticos.

Diseño metodológico

Para la elaboración de este trabajo se optó por utilizar el paradigma postpositivista en el cual, de acuerdo con Rinaldi (2014), la problemática que se plantea se encuentra en una realidad educativa en la cual se puede indagar para obtener resultados precisos a través del uso de diferentes instrumentos y técnicas de investigación, los cuales se pueden medir y cuantificar con el fin de lograr el objetivo principal, por ende, el enfoque que guió el estudio fue el cuantitativo, con un diseño no experimental porque no se manipularan las variables, así como transeccional, debido a que la recolección de datos se realizó en un solo momento, el instrumento se aplicó en una única ocasión. Para la recogida de información se elaboró una encuesta, la cual se construyó de una recopilación de varios instrumentos de distintos autores, aunado a ello se le adicionaron reactivos con los cuales se pretende conocer la situación del alumnado. Para determinar su confiabilidad se realizó un pilotaje y se aplicó estadístico de Alfa de Cronbach, el cual arrojó una confiabilidad de .830.

Resultados

La información recabada se sometió a un análisis estadístico descriptivo e inferencial en el cual se obtuvieron los resultados expuestos a continuación.

En la figura 1 se presenta que la mayoría del alumnado se desenvuelve en familias nucleares, conformadas por padre, madre e hijos. Consecutivamente se halla la monoparental, en la cual habita la madre o padre soltero con hijos, así mismo existe la monoparental extendida, en la que a diferencia de la antes mencionada viven con otros familiares. Finalmente se localiza la compuesta, la cual está conforma por la familia del alumno más otra familia, que entre sí no están unidas por vínculos consanguíneos, sin embargo la cohabitación los lleva a compartir relaciones y procesos de la dinámica interna propia de la familia.

Figura 1. Tipos de familia.
Figura 1. Tipos de familia.
Fuente: Elaboración propia.

Para que un clima familiar sea afectivo y positivo se debe de poner en práctica la comprensión, el respeto, el afecto y el estímulo. Para obtener la variable del clima familiar se establecieron ítems con las siguientes cuestiones: fomenta el uso y práctica de valores en el hogar; está al pendiente del comportamiento de sus hijos y les orienta en sus acciones; con frecuencia les dice a sus hijos que los quiere, y les dedica el tiempo apropiado a sus hijos. Para ello se utilizó la escala de respuesta de siempre, casi siempre, a veces y nunca.

Los datos que se presentan en la figura 2 indican que la mayoría del alumnado se encuentra en un clima excelente, y en segundo lugar en un clima bueno. De acuerdo con esa información, si los alumnos se desarrollan en un clima favorable tienen más facilidades de lograr el éxito escolar, ya que poseen ciertas ventajas, como las que indica Ruiz (2001), algunas de ellas son que se le ayuda en la realización de las tareas escolares, se está al pendiente de su comportamiento y, por último, la relación hijo-familia condiciona el equilibrio afectivo y emocional del alumno. Ruiz (2001) agrega que las relaciones afectivas en el ambiente familiar en el que se desenvuelve el niño contribuyen al desarrollo de las aptitudes intelectuales del mismo, esto da como producto resultados escolares positivos para el estudiante. Con respecto a los resultados de la presente investigación, se denotó que el clima familiar modela la conducta escolar principalmente en los primeros años.

Figura 2. Clima familiar.
Figura 2. Clima familiar.
Fuente: Elaboración propia.

Como se puede apreciar en la figura 2, el 9% de los alumnos se encuentra en un clima familiar regular, aunque son minoría; son hijos a los cuales se les impide sentirse seguros, están intranquilos y no se les propicia un espacio agradable de concentración al momento de realizar sus tareas escolares, etc., lo cual se convierte en un factor relevante de apoyo al cual se debe prestar atención.

La variable apoyo escolar se ha estipulado como de suma importancia, debido a que tiene una relación estrecha con el desempeño académico de los alumnos, ya que los padres de familia son quienes otorgan el principal apoyo y pilar para el éxito escolar de los hijos. El interés que los padres tienen en el proceso educativo de sus hijos se puede manifestar de diferentes formas, que van desde visitas periódicas a la escuela de la que forman parte hasta establecer un ambiente adecuado para el estudio en casa.

Un recurso de gran soporte para mejorar el desempeño académico de los alumnos es ayudar a los hijos en las tareas escolares, según lo afirman Fernández y Salvador (1984, citados por Ruiz, 2001), ya que los ejercicios y actividades en casa son para reforzar los aprendizajes adquiridos por los alumnos en el aula de clase, por tanto, realizar dicha retroalimentación periódica en casa fomenta el hábito de estudio y una mejor adquisición de aprendizajes.

Otro factor relevante que señalan dichos autores es el grado de cooperación que se establece entre el centro escolar y la familia, principalmente en la buena comunicación entre el padre de familia y el docente, debido a que se muestra más a disposición de realizar las recomendaciones o sugerencias que el maestro le brinda en busca de la mejora del nivel educativo del alumno.

Una de las dimensiones más importantes dentro de la dinámica del clima familiar es el estilo parental o de crianza que predomina en los padres. El estilo educativo y la forma en que los padres disciplinan a sus hijos tiene gran influencia en el comportamiento de los niños, en la relación padre-hijo y por ende en toda la dinámica familiar.

Con respecto a lo anterior, Baumrind (1966, citado por Hoffman, Paris y Hall, 1995) desarrolló un importante estudio longitudinal sobre la conexión entre los estilos de los padres y las personalidades de los niños. Como resultado de la observación, investigación y recopilación de información encontró cuatro patrones principales de educación: autoritario, permisivo, democrático y negligencia-rechazo (padre no implicado). Para conocer el estilo de crianza de los padres de familia se aplicó un test estandarizado, los resultados se pueden apreciar en la figura 3.

Figura 3. Estilos de crianza.
Figura 3. Estilos de crianza.
Fuente: Elaboración propia.

El estilo de crianza predominante en esta investigación es el estilo autoritario, las características que presentan estos alumnos son un estado ansioso, introvertido e infeliz, y hostil si están frustrados. Hoffman, Paris y Hall (1995) indican que los padres autoritarios tienen como base de su estilo de educación la obediencia, por tanto, los infantes aprenden que los padres son la única autoridad, respetan su labor y procuran mantener siempre el orden y la obediencia.

En segundo lugar se encuentra el estilo democrático, en el cual los niños tienen un estado de ánimo alegre, elevada autoestima y autocontrol. Capano y Ubach (2013) señalan que los padres democráticos establecen límites e insisten en la obediencia, pero al mismo tiempo expresan su cariño y afecto; saben escuchar a los hijos y fomentan la participación de estos en la familia. Los autores estipulan que este estilo es el más apropiado para formar personas que se autocontrolen y con una estabilidad emocional. Una de las principales razones que hace que el estilo democrático sea tan eficaz es que se les enseña a los niños a obedecer mediante lo que es justo y razonable, por lo que los infantes comienzan a hacer juicios propios sobre su comportamiento.

Por último, como minoría se encuentra el estilo permisivo, en el cual los alumnos son impulsivos, desobedientes, rebeldes, exigentes y dependientes de los adultos. Berk (1999) menciona que en este caso los padres de familia no son exigentes y ejercen poco control, además cuidan con afecto y evitan imponer control, por lo que permiten a los hijos tomar muchas decisiones, incluso desde una edad en la que aún no son capaces de hacerlo.

Hipótesis de la investigación

H1. Existe asociación entre el nivel socioeconómico de las familias con el desempeño académico de los alumnos.

H0. No existe asociación entre el nivel socioeconómico de las familias con el desempeño académico de los alumnos.

Regla de decisión: Si X2 obtenido = X2 crítico = 21.026 entonces se rechaza la hipótesis nula (H0).

Si X2 obtenido < X2 crítico = 21.026 entonces no se rechaza la hipótesis nula (H0).

Tabla 2. Nivel socioeconómico y desempeño académico.
Prueba estadística de hipótesisValorglSig. asintótica (2 caras)
Chi-cuadrado de Pearson8.620a12.735
Razón de verosimilitud9.89312.625
N de casos válidos113
Fuente: Elaboración propia.

Para las variables de nivel socioeconómico y desempeño académico se optó por aplicar el estadístico de chi-cuadrado con la finalidad de encontrar la asociación entre ambas, los resultados que se obtuvieron se presentan en la tabla 2, en la que se aprecia una significancia de .735, comprendido que este valor es mayor al .05 requerido, además de acuerdo a la regla de decisión establecida [“si X2 obtenido < X2 crítico = 21.026 entonces no se rechaza la hipótesis nula (H0)”]. Al tener un valor de X2 8.620, el cual es menor al valor crítico de 21.026, en esta investigación no se rechaza la hipótesis nula [“no existe asociación entre el nivel socioeconómico de las familias con el desempeño académico de los alumnos”].

Debido a que no existe una asociación, se desprenden los siguientes porcentajes de ambas variables que resultan del estadístico que se aplicó: en el nivel socioeconómico alto los estudiantes tienen un excelente y buen desempeño académico, con 1.76% respectivamente, y el 0% regular o bajo. En cuanto al nivel socioeconómico medio alto, el 1.76% tiene un desempeño académico excelente y bueno equitativamente, y el 0% regular o bajo. En cambio, en la clase media el 25.6% tiene un desempeño excelente, el 17.6% bueno, el 0.88% regular y el 0% bajo.

Posteriormente, en la clase baja 11.5% tiene un excelente y buen desempeño académico equitativamente, el 7.07% regular y el 0.88% tiene un bajo desempeño. Por último, en los alumnos de escasos recursos el 2.6% tiene un excelente desempeño, el 6.19% bueno, el 0.88% regular y el 0% bajo. Se puede observar que no hay una variación notoria entre el desempeño académico de los alumnos y los diferentes niveles socioeconómicos, dando como resultado que la hipótesis nula es la correcta.

Aunque son más los autores que aluden a que el nivel socioeconómico sí es una variable que influye en el desempeño académico de los alumnos, Marjoribanks (1988) señala que incluso los niños con bajos recursos pueden ser los más sobresalientes de la clase, ya que existen alumnos dotados de buen nivel intelectual, con padres interesados en estimular y apoyarlos académicamente; pueden llegar a ser los mejores en la institución e incluso tener aspiraciones más amplias que los estudiantes de clase alta.

H1. Existe asociación entre el clima familiar con el desempeño académico de los alumnos.

H0. No existe asociación entre el clima familiar con el desempeño académico de los alumnos.

Regla de decisión: Si X2 obtenido = X2 crítico = 12.592 entonces se rechaza la hipótesis nula (H0).

Si X2 obtenido < X2 crítico = 12.592 entonces no se rechaza la hipótesis nula (H0).

Tabla 3. Clima familiar y desempeño académico.
Prueba estadística de hipótesisValorglSig. asintótica (2 caras)
Chi-cuadrado de Pearson18.608a6.005
Razón de verosimilitud14.6196.023
N de casos válidos113
Fuente: Elaboración propia. Producto de la investigación.

Para conocer la relación que existe entre el clima familiar y el desempeño académico se optó por aplicar el estadístico de chi-cuadrado con la finalidad de encontrar la asociación entre ambas, los resultados que se obtuvieron se presentan en la tabla 3, en la que se aprecia una significancia de .005, comprendido que este valor es menor que el .05 requerido, además de acuerdo a la regla de decisión establecida [“si X2 obtenido = X2 crítico = 12.592 entonces se rechaza la hipótesis nula (H0)”]. Al tener el valor de X2 18.608, que es mayor al valor crítico de 12.592, en esta investigación se rechaza la hipótesis nula [“no existe asociación entre el clima familiar con el desempeño académico de los alumnos”].

Después del análisis de los resultados y de haber encontrado una asociación entre ambas variables, se desglosan los siguientes porcentajes de dichos factores que resultan del instrumento que se aplicó: de los alumnos que se desenvuelven en un excelente clima familiar el 33.6% cuenta con un excelente desempeño académico, el 27.4% tiene buen desempeño, el 10.6% regular y el 0% bajo.

Con respecto al clima familiar bueno, el 4.4% posee un excelente desempeño académico, el 8.84% conserva un buen desempeño, el 6.19 regular y el 0% tiene bajo desempeño. Finalmente, de los que se encuentran en un clima familiar regular el 5.3% goza de un excelente desempeño académico, el 2.65% tiene un buen desempeño, el 0% regular y el 0.88% tiene un bajo rendimiento académico.

Estos datos coinciden con lo reportado por Quintín (1988), quien indica que el alumno que crece en un clima familiar afectivo y positivo se siente más integrado y adaptado a la familia, debido a que en el hogar ponen en práctica la comprensión, el respeto, el afecto y el estímulo.

Aunado a ello, los progenitores que orientan a sus hijos en su comportamiento y evalúan las consecuencias de sus acciones ofrecen además feed-back positivo a sus hijos. Por ende, son los alumnos que tienden a lograr más fácilmente el éxito escolar, porque tienen ciertas ventajas como las ya mencionadas; por el contrario, un clima desfavorable impide a los estudiantes sentirse seguros, tranquilos, y les retiene la concentración.

H1. Existe relación entre el apoyo escolar que brindan los padres de familia a los hijos con el desempeño académico de los mismos.

H0. No existe relación entre el apoyo escolar que brindan los padres de familia a los hijos con el desempeño académico de los mismos.

No se rechazará la hipótesis nula si el valor de significancia obtenido excede 0.05, que corresponde al 95% de certeza. Si el valor de significancia que se obtiene del cálculo es igual o menor 0.05 se rechaza la hipótesis nula.

Tabla 4. Apoyo escolar y desempeño académico.
Prueba estadística de hipótesisApoyo escolarPromedio general
Apoyo escolarCorrelación de Pearson1.335**
Sig. (bilateral).000
N113113
Promedio generalCorrelación de Pearson.335**1
Sig. (bilateral).000
N113113
Fuente: Elaboración propia. Producto de la investigación.

Para conocer la relación que existe entre el apoyo escolar brindado por parte de los padres de familia hacia los alumnos con respecto al desempeño académico de los mismos se optó por aplicar el coeficiente de Pearson. Los resultados que arrojó fueron de .335** con un nivel de significancia menor al .05, los cuales se muestran en la tabla 4. Al analizar estos datos y atender a la regla de decisión que se estableció con anterioridad en esta investigación se tiene la confiabilidad necesaria para rechazar la hipótesis nula de que “no existe relación entre el apoyo escolar que brindan los padres de familia a los hijos con el desempeño académico de los mismos”.

De acuerdo con la pregunta específica planteada (“¿Qué relación existe entre el apoyo escolar que brindan los padres de familia a los hijos con el desempeño académico de los mismos?”) se pudo afirmar una respuesta positiva, con base en que la correlación de Pearson marca .335**, que según Hernández, Fernández y Baptista (2014) es considerada como una correlación positiva débil entre las variables; además señala que hay 99% de confianza de que la correlación sea verdadera y 1% de error. Ruiz (2001) menciona que son varios los aspectos que los padres de familia manifiestan hacia sus hijos que les pueden ayudar de diferentes formas para un mejor desempeño académico, como crear un ambiente adecuado de estudio en casa, interés porque el hijo realice las tareas escolares, el grado de comunicación y cooperación que se establece entre el maestro y los padres de familia, debido a que acatan cada recomendación que el docente les brinda para la mejora del nivel educativo del alumno.

H1. Existe asociación entre el estilo de crianza de los padres con el desempeño académico de los alumnos.

H0. No existe asociación entre el estilo de crianza de los padres con el desempeño académico de los alumnos.

Regla de decisión: Si X2 obtenido = X2 crítico = 12.592 entonces se rechaza la hipótesis nula (H0).

Si X2 obtenido < X2 crítico = 12.592 entonces no se rechaza la hipótesis nula (H0).

Tabla 5. Estilo de crianza y desempeño académico.
Prueba estadística de hipótesisValorglSig. asintótica (2 caras)
Chi-cuadrado de Pearson29.663a6.000
Razón de verosimilitud15.2536.018
N de casos válidos113
Fuente: Elaboración propia. Producto de la investigación.

Para conocer la relación que existe entre el estilo de crianza y el desempeño académico se optó por aplicar el estadístico de chi-cuadrado con la finalidad de encontrar la asociación entre ambas, los resultados que se obtuvieron se presentan en la tabla 5, en la que se aprecia una significancia de .000, comprendido que este valor es menor que el .05 requerido, además de acuerdo a la regla de decisión establecida [“si X2 obtenido = X2 crítico = 12.592 entonces se rechaza la hipótesis nula (H0)”]. Al tener el valor de X2 29.663, que es mayor que el valor crítico de 12.592, en esta investigación se rechaza la hipótesis nula de que “no existe asociación entre el estilo de crianza de los padres con el desempeño académico de los alumnos”.

Después del análisis de los resultados y de haber encontrado una asociación entre ambas variables, se desglosan los siguientes porcentajes de dichos factores que resultan del instrumento que se aplicó: de los alumnos que se desenvuelven en un estilo de crianza democrático el 17.6% tiene un excelente desempeño académico, el 15.9% cuenta con buen desempeño, el 1.7% regular y el 0% bajo rendimiento; mientras que de los estudiantes que están regidos por el estilo autoritario el 24.7% posee un excelente desempeño académico, el 22.12% buen desempeño, el 13.2% regular y el 0% bajo rendimiento. Por último, de los educandos que viven en un ambiente permisivo 0.88% tiene un excelente y buen desempeño académico equitativamente, el 1.76% regular desempeño y el 0.88% tiene bajo rendimiento escolar.

Los estilos educativos y la forma en que los padres disciplinan a sus hijos tienen gran influencia en el crecimiento de los niños, en la relación padre-hijo y por ende en toda la dinámica familiar. Hoffman, Paris y Hall (1995) señalan que el estilo de crianza es el resultado de la personalidad de los niños, la cual se ve reflejada en el aula de clases, debido a que los cuatro estilos por parte de los padres afectan o benefician directamente el régimen de vida de los estudiantes.

H1. Existe asociación entre el contexto familiar y el desempeño académico de los alumnos.

H0. No existe asociación entre el contexto familiar y el desempeño académico de los alumnos.

No se rechazará la hipótesis nula si el valor de significancia obtenido excede 0.05, que corresponde al 95% de certeza. Si el valor de significancia que se obtiene del cálculo es igual o menor a 0.05 se rechaza la hipótesis nula.

Tabla 6. Contexto familiar y desempeño académico.
Prueba estadística de hipótesisPromedio generalVAR00003
Promedio generalCorrelación de Pearson1.339**
Sig. (bilateral).000
N113113
VAR00003Correlación de Pearson.339**1
Sig. (bilateral).000
N113113
Fuente: Elaboración propia. Producto de la investigación.

Para conocer la relación que existe entre el contexto familiar de los alumnos de la institución con el desempeño académico de los mismos se optó por aplicar el coeficiente de Pearson, los resultados que arrojó fueron de .339** con un nivel de significancia menor al .05, los cuales se muestran en la tabla 6; al analizar dichos datos y atender a la regla de decisión que se estableció con anterioridad en la presente investigación se tiene la confiabilidad necesaria para rechazar la hipótesis nula de que “no existe asociación entre el contexto familiar y el desempeño académico de los alumnos”.

De acuerdo con la pregunta de investigación planteada, “¿Qué relación tiene el contexto familiar con el desempeño académico de los alumnos?”, se pudo afirmar una respuesta positiva, con base en que la correlación de Pearson marca .339**, que según Hernández, Fernández y Baptista (2014) es considerada como una correlación positiva débil entre las variables, además indica que hay 99% de confianza de que la correlación sea verdadera y 1% de error.

El desempeño académico es un factor de suma importancia en el desarrollo del alumno. Según Jiménez (2000, citado por Edel Navarro, 2003), este es el sistema que mide los logros y la construcción de conocimientos en el alumno, según su edad y el parámetro educativo que debe alcanzar. Por eso se debe de tener claro lo que implica hablar de “rendimiento escolar”, porque este no es un sinónimo de capacidad intelectual, aptitudes o competencias, este término va más allá, involucra diversos factores que van a influir en el desempeño académico ya sea de forma negativa o positiva.

Sánchez (2013) alude a que uno de los elementos que influyen en el desempeño académico es el contexto familiar, debido a que los padres de familia son pilares en la educación de los hijos, participan y con un apoyo en el aprendizaje de los mismos; aportan los recursos económicos para que el niño asista a la escuela, se encargan de ayudar en las tareas, asisten a las reuniones escolares, entre otras obligaciones que deben cumplir como padres.

García (2012), Ruiz (2001) y Sánchez (2013) coinciden en que las variables familiares sí tienen correlación con el éxito o fracaso escolar, porque según investigaciones el bajo rendimiento educativo aumenta en ciertas familias que están carentes de algo, ya sea por su situación económica, la estructura interna familiar, el nivel de estudios de los progenitores, la falta de interés y motivación por parte de los padres para que sus hijos se superen, entre otras causas.

Con base en lo anterior, el contexto familiar tiene una gran relación con el desempeño académico de los estudiantes, por lo que ocasiona que no todos los alumnos se encuentren en un mismo nivel educativo, y esto influye sobre todo en que los educandos no cuenten con la misma motivación por aprender o asistir a la escuela, por lo que hay estudiantes que tienden al fracaso escolar o todo lo inverso. Para finalizar se concuerda con la Secretaría de Educación Pública (SEP), que sugiere que es conveniente estimular la participación de los padres de familia para lograr un óptimo resultado educativo de los estudiantes.

Conclusiones

En este estudio al analizar diversos factores que conforman el contexto familiar, se encontró que no existe una asociación entre el nivel socioeconómico de las familias con el desempeño académico de los estudiantes, por ende los recursos económicos con que cuente el alumno no es la clave del éxito de éste en su educación, pero el clima familiar en que se desenvuelve es un aspecto relevante en la formación de los niños, por lo tanto es necesario que los padres de familia o tutores, sin importar el tipo de familia al que pertenezcan, es indispensable el crear un ambiente de seguridad, autonomía, respeto, por ende, los hijos tendrán libertad de expresar sus sentimientos, logros, inseguridades y metas alcanzar, lo que hace de ello las bases para lograr el éxito escolar.

Con respecto a la variable el apoyo escolar que brindan los padres de familia a los hijos se concuerda con otros autores que han investigado sobre el tema, en que esta variable tiene relación con el éxito escolar de los mismos, debido a que los progenitores son una de las bases en la educación de estos, por distintas razones como lo es que brindan el sostén económico que demanda estudiar, así mismo el estar al pendiente y apoyar en las tareas escolares, e incluso con solo con ver a sus padres preocupados con su educación, con las evaluaciones, comportamiento o que les den palabras motivadoras sobre su esfuerzo, son factores de motivación para el alumno.

Por lo tanto, es necesario que los padres de familia realmente se involucren y participen activamente en el proceso de aprendizaje de sus hijos, así como tomar conciencia del estilo de crianza más pertinente para formar a su hijo, ya que, de acuerdo con el estilo de crianza utilizado por los padres de familia, el hijo desarrolla cierto tipo de características que se reflejan tanto en el aula de clases y su desempeño académico, como en el desenvolvimiento en la sociedad,

Por los hallazgos de esta investigación se concluye que si existe asociación entre el contexto familiar en logro o fracaso educativo del alumnado, por lo cual es indispensable implementar acciones en el Programa Escolar de Mejora Continua de las instituciones para intervenir de una manera más fructífera en las diversas problemáticas que se desligan a causa del factor familiar, además de que los padres de familia se comprometan en la formación, crianza y educación de sus hijos, que reconozcan que ellos ocupan más de su tiempo, afecto, palabras de motivación, que se sientan orgulloso de él, más que lo económico que le pueda brindar, en sí que utilice un estilo de crianza democrática y que no se convierta en un padre de un estilo de no implicación.

Referencias

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Notas de autor

* Guadalupe Iván Martínez Chairez. Profesor-investigador de la Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón, Saucillo, Chihuahua, México. Es doctor en Educación y su producción académica es en torno a la Evaluación de los aprendizajes y la formación docente.
** Melissa Jaziry Torres Díaz. Licenciada en Educación Primaria por la Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón, Saucillo, Chihuahua, México. Su línea de investigación es en torno a la Evaluación de los aprendizajes.
*** Vera Lucía Ríos Cepeda. Profesora-investigadora de la Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón, Saucillo, Chihuahua, México. Se desempeña además en la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua, Campus Delicias. Es doctora en Educación y sus principales aportaciones académicas son con temas de Planeación de la enseñanza, Evaluación de los aprendizajes y Formación docente.
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